
Las peripecias que sufrió el zoo para evitar su cierre por problemas económicos fueron relatadas por Durrel en algunos cuentos (Un zoológico en mi azotea) e inspiraron una divertidísima película, Criaturas feroces (1997 Robert Young, Fred Schepisi).
Tratar a los animales con dignidad, con la consideración que daríamos a un humano, ése parece ser el secreto de Gerald, lo mismo cuando los hacía protagonistas de un pasaje épico o lleno de humor, que cuando luchaba por evitar su maltrato o su abandono.
En la biblioteca tenemos varios de sus libros: Guía del naturalista, Mi familia y otros animales, Bichos y demás parientes, Los secuestradores de burros, Un zoológico en mi azotea, Animales en general, Murciélagos dorados y palomas rosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario