Ahora que se acerca a su fin el quinto centenario de su nacimiento, disfrutemos de las palabras de amor de la que Federico García Lorca definió como "flamenquísima y enduendada. Flamenca no por atar un toro furioso y darle tres pases magníficos, que lo hizo; no por presumir de guapa delante de fray Juan de la Miseria ni por dale una bofetada al Nuncio de Su Santidad, sino por ser una de las pocas criaturas cuyo duende (no cuyo ángel, porque el ángel no ataca nunca) la traspasa como un dardo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario