En este año que acaba de comenzar se cumplen 100 años de la muerte de L. Frank Baum. Quizá no muchos lectores asociarán su nombre a su obra más popular, "El maravilloso mundo del mago de Oz" publicada en Chicago en 1900.
Al acercarnos al libro, a las películas inspiradas en él, nos han saltado a la vista las similitudes con otros relatos, en apariencia infantiles, pero cargados de simbología y de reflexiones sobre los grandes temas que nos preocupan a los seres humanos.
Dorothy es la protagonista de un asombroso viaje -o quizá es un sueño- a través de reinos poblados por monos voladores, seres minúsculos, hombres y mujeres de porcelana ... buscando quien la ayude a volver a su hogar. Y ese viaje lo realiza con compañeros tan necesitados de ayuda como ella misma, un espantapájaros sin cerebro, un hombre de lata sin corazón y un león sin valentía. Lo que ocurre es que esa ayuda no la encontrarán en el mago de Oz, sino en ellos mismos.
Pero viajes extraordinarios realizados por niños también son el de Alicia en el país de las maravillas (Reino Unido 1865), el de Lucy y sus hermanos en las Cónicas de Narnia. Y estos autores siguen la estela de Los viajes de Gulliver (1726) o de Simbad el marino, mucho antes.
Como siempre, os invitamos viajar con Dorothy y Toto los mundo maravillosos del Oz.
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